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sábado, 13 de octubre de 2018

Salud Pública: provoca muertes evitables en una de sus etapas de peor funcionamiento


Fuente: CENTRO MANDELA DD.HH.  
Las deficiencias de Salud Pública en la costa del Bermejo y en el territorio ampliado  provocan muertes evitables o altamente evitables. La muerte de Gabriela Anahí Acuña y su bebé, que se habría producido  durante el  parto image (1)el 3 de octubre pasado en el Hospital de General San Martín  es sólo una  fotografía de una larga y penosa película que refleja la profunda crisis   de la Salud Pública en Chaco. Deshumanización,   desinversión y  desorganización en el funcionamiento de la red sanitaria pública conformaron un coctel que se lleva  salud y  vidas de las personas  pobres de la provincia,   que no pueden acceder a la red privada porque no tienen obra social ni recursos económicos.

El desconcierto y la incredulidad   sobre  el trato y la asistencia que   se brinda en el  hospital de San Martín legítimamente lleva a la familia a preguntar si Gabriela Anahí  murió en la sala de espera o en el quirófano o  si la cesárea fue realizada  cuándo todavía vivía o después del fallecimiento de la mamá.

Una madre y un bebé en el mismo cajón
Gabriela Anahí Acuña, de 34 años,  ingresó en la madrugada del 3 de octubre al Hospital Félix Pértile de General San Martín. Según relató su cuñado, Ramón De Jesús,  tenía programada una cesárea para el 28 de septiembre, pero “le hicieron pasar la fecha”. En ese fluctuoso día la mujer embarazada ingresó con dolores de parto. Permaneció en espera y sin atención  en la sala de maternidad. Gritaba por los dolores que sentía. “Un doctor, que caminaba por ese lugar, se hacía el distraído y la Dra. De Angeli no le prestó los primeros auxilios para que ella no muriera. Fue abandonada y se terminó muriendo”, dijo su cuñado Ramón de Jesús.
También falleció el bebé. Oficialmente se informó que la mujer, que dejó tres hijos chiquitos, murió de “un edema agudo de pulmón” y que “el feto nació sin vida”. Para deslindar responsabilidades, se publicó que  investiga la Justicia penal de General San Martín, del intendente Aldo Leiva, que viene siendo severamente cuestionado por amplios sectores de la comunidad. La familia reclama  “que se haga justicia, que no siga muriendo gente inocente en General San Martín”.

El director del hospital
“Los que no tienen ganas de trabajar que se vayan”, dijo el cuñado de Gabriela Anahí que denunció públicamente su muerte y pidió al gobierno que releve al director del Hospital, Julio Florentín. Agregó  “que se vaya, no da para más”.
Florentín cuenta con el respaldo del intendente Aldo Leiva. Esa parece ser la condición del jefe  comunal  para aceptar las designaciones que hace el Ministerio de Salud Pública, fenómeno que se repite en los nombramientos  de los jefes o responsables de todas las dependencias y organismos provinciales  en General San Martín.  Esta conducta es repetida por muchos intendentes.
Lo mismo reconoció Eduardo Carballo, otro dirigente político del peronismo de San Martín, que fue muy cercano a Leiva  en los tiempos en que era ministro de Desarrollo Social de Jorge Capitanich. “Creo que fue un error de referentes y dirigentes locales y zonales haber propuesto a Florentín para conducir el nosocomio”, dijo a Diario Norte hace pocos días, y aclaró que “se deja traslucir   un amplio apoyo político para el nuevo director pero la cosa no es tan así”.
Para la gente común, que está lejos de los primeros planos de la política, la sensación es la misma. Ramón De Jesús es consciente de que “este director del hospital es puesto por política” y sabe que eso en General San Martín puede ser un condicionamiento para la Justicia. “Sabemos que está toda la política detrás de él (Florentín). Lo que estamos queriendo es que se haga justicia”, remató.
La condición de extrema pobreza acompaña a esta familia  hasta el final. Gabriela Anahí Acuña fue velada y enterrada en un mismo cajón junto a su bebé. Lo relató su cuñado en dos audios que circularon por las redes sociales para  compartir  el trágico  caso. Madre e hijo partieron juntos, empujadas por el sistema de Salud y dejando otros tres niños con una familia  destrozada