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miércoles, 25 de abril de 2018

Las advertencias desde Washington que se esconden detrás de la masiva venta de reservas


Caputo, Dujovne y Lagarde en el G20 en Washington


El presidente Macri está convencido de que no tiene el más mínimo margen para dar marcha atrás en el ritmo de suba de las tarifas de servicios públicos y el recorte de subsidios. Dujovne, Sturzenegger y Caputo le trasmitieron en las últimas horas sus impresiones de los encuentros que mantuvieron en Washington con inversores, funcionarios del FMI y colegas del G-20. Hay "muchas ganas de que a Argentina le vayan las cosas bien", pero también cautela con un país que vive de prestado, con un agujero fiscal muy elevado y un mundo "plagado de incertidumbres importantes", como lo definió Sturzenegger.



En medio de una apretada agenda de reuniones, durante la Asamblea del FMI, el presidente del Banco Central participó de una con sus pares del G-20 que lo dejó especialmente preocupado. "Esperan 9 subas en la tasa de interés de la Fed entre este año y el próximo. Mamita. Esperemos que se equivoquen", le dijo a uno de sus colaboradores.
Si ése fuera el escenario más probable, la venta masiva de reservas (USD 2100 millones en 3 días) para contener al dólar sólo se explicaría por la obsesión del Banco Central por mostrar en mayo una fuerte desaceleración de la inflación. En el Central lo niegan. Dicen que el impuesto a las Lebacs que empieza a regir desde hoy llevó al desarme de cartera de especuladores extranjeros, y que no había por qué convalidar un salto en el tipo de cambio, después de la suba ocurrida durante el verano. Veremos cómo sigue.
Es difícil encontrar otra justificación razonable cuando sube la tasa de interés en Estados Unidos; casi todos los países de la región devalúan sus monedas; y un café o un sándwich con gaseosa dentro del edificio del Fondo Monetario en la la calle 19, cuestan más barato que en un bar de la avenida Corrientes.
Sturzenegger cree, además, que la incertidumbre en el escenario internacional crecerá por la propia política económica de Trump. El aumento del déficit fiscal norteamericano, en una economía con alto crecimiento y pleno empleo, desembocará en una ampliación del déficit externo de Estados Unidos. Justo lo contrario de lo que Trump prometió a su electorado. Paradójicamente, a manera de profecía autocumplida, esta situación podría llevar a Trump a pasar de las amenazas proteccionistas a los hechos, endureciéndose más y desatando una guerra comercial real con China.
Cuando se enteró de esas proyecciones del Fondo, el ministro de Finanzas, Luis Caputo las desacreditó: "Sólo asumiendo que la tasa de interés (internacional) sube muchísimo, que no podemos bajar el déficit primario o que el dólar pega un salto se llegaría a un resultado así. No puede ser, tienen todos los números mal", se enojó.

Por ahora los mercados se guían por las promesas oficiales de Dujovne y Caputo. Pero los funcionarios tomaron nota de que el panorama ya no es el mismo. Por eso, para que el "gradualismo" no naufrague, Macri no debe moverse ni un centímetro de las metas de reducción del déficit. E incluso apuesta a sobre cumplirlas. Para ello, es clave el ahorro que logrará el fisco –a expensas de los jubilados—con la modificación de la ley de movilidad previsional en diciembre. Tampoco puede dar ni un paso atrás en los recortes de subsidios previstos para este año no electoral.