FUENTE:CENTROMANDELADDHH
Los jubilados del INSSSEP están en una situación socio
económica muy complicada debido a la política salarial aplicada por el Gobierno
provincial. A la profunda pérdida del salario real que se produjo en los dos
últimos años, de alrededor de un 50% en promedio, se le sumó la política
salarial de pagos de sumas en negro que fue implementada durante el año pasado,
que generó efectos devastadores en el poder adquisitivo de las jubilaciones
reflejado en una rebaja salarial de aproximadamente un 10% adicional en
promedio.
Para los futuros jubilados la situación se volverá
dramática. Los compromisos asumidos por el Gobierno nacional con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y de nuestra provincia con la Nación permiten
presagiar una crisis de mayor magnitud mientras los cambios en el régimen
previsional avanzan inexorablemente con el propósito de reducir los derechos de
los jubilados.
El Gobierno provincial sobrecumplió metas comprometidas por
la Nación con el FMI
La situación previsional en el país y en el Chaco torna muy
preocupante el acuerdo del Gobierno
nacional con el FMI y el sobrecumpliento de algunas metas comprometidas por el
gobernador Domingo Peppo.
La política salarial aplicada en 2017 y 2018 por el Gobierno
provincial asestó un duro golpe al bolsillo de los jubilados chaqueños, que
sufrieron un ajuste brutal en sus haberes previsionales liquidados a través del
INSSSEP.
La baja en las prestaciones previsionales, que ha sido uno
de los compromisos cerrados con el FMI, se dio a través de dos vías: una fue la
movilidad salarial, diezmada por las paupérrimas recomposiciones salariales de
los dos últimos años, fenómeno que resulta muy claro si lo confrontamos con las
tasas de inflación acumuladas, de las más altas del mundo. La segunda vía
utilizada fue la política de imposición de sumas en negro implementada el año
pasado en todos los sectores de la administración pública provincial.
Bajará aún más la tasa de sustitución
Conviene recordar que la tasa de sustitución es la relación
entre el haber del jubilado y el sueldo que percibía cuando estaba en
actividad. Uno de los efectos más nítidos que surge de aplicar la política de
pago de sumas en negro es la baja en la
tasa de sustitución. Estas sumas produjeron una baja inmediata de los ingresos
de los jubilados porque afectó tanto el haber inicial de los nuevos
beneficiarios como también los haberes de todos los pasivos del INSSSEP.
Asociado a la baja en la tasa de sustitución, paulatinamente
se inició el proceso de aumento en los años de edad para acceder al “beneficio”
jubilatorio en razón de que quienes están en condiciones de jubilarse se ven
empujados a seguir trabajando para evitar la abrupta caída en el nivel de
ingresos y de calidad de vida que impone pasar a ser jubilado. Esto se da
justamente por el aumento de la brecha entre los sueldos que cobran los
trabajadores en actividad y los que se jubilan. De hecho, se produjo un aumento
de la edad jubilatoria, que impuso el FMI.
El INSSSEP viola la movilidad salarial
Una de las aristas más conflictivas de la política salarial
de sumas no remunerativas (pago de sumas en negro) se da porque el INSSSEP, por
una errónea o falsa interpretación, no aplica la regla de la movilidad salarial
en estos casos. El argumento es indefendible porque pretende apoyarse en la
falta de aportes. Esto provocó un notable aumento en la litigiosidad. No son
pocos los pasivos de distintos sectores que iniciaron juicios contra el INSSSEP,
mientras que otros juicios se irán sumando debido al brusco descenso en el
poder adquisitivo de las prestaciones previsionales.
Corrupción total en el Insssep
Esta situación potencia los efectos negativos de algunas
políticas de largo tiempo, lo que provocó un aumento de los aportes
jubilatorios. Esto fue generado por dos vías. La primera fue de naturaleza
financiera y contable, que instrumentaron a través del desvío de los aportes
con destino a la obra social, que se utilizan discrecional e ilegalmente para
cubrir el déficit previsional bajo el ropaje de un superávit simulado. El otro
mecanismo se instrumentó a través del aumento directo del aporte jubilatorio,
que se dio a partir de la sanción de la Ley 1873-A (antes Ley 6655), que elevó
dos puntos porcentuales el aporte personal jubilatorio para los empleados
públicos que ingresaron a partir del 01-01-2011.
El FMI impone medidas y apoya las reformas del Gobierno
nacional
Debido al envejecimiento global de la población y al impacto
directo sobre los sistemas previsionales, los técnicos del FMI “recomendaron”
hace poco más dos años a la Argentina algunas modificaciones al régimen que
administra la ANSES, y que también comprende a las cajas provinciales no
transferidas, como es el caso del Chaco.
Claro que no hay nada nuevo en la posición del FMI en este
tema. Son las mismas recetas de los 90`. En resumidas cuentas, el FMI impuso,
entre otras medidas, subir la edad jubilatoria, bajar la tasa de sustitución y
reducir el haber jubilatorio.
En cuanto al aumento de la edad para jubilarse, el FMI
instruyó que se equipare la edad de las mujeres a los hombres para acceder al
beneficio, pasando de los 60 actuales a 65 años de edad. Adicionalmente, la
Nación analiza elevar también la edad para los varones, en principio a un
mínimo de 67 años para beneplácito del Fondo Monetario.
El FMI exigió que se recorte la tasa de sustitución, en
principio alrededor de 12 puntos porcentuales, pasando del estimado actual del
65% al 53% aproximadamente, aunque la pretensión sería continuar bajándola
hasta llegar a una tasa de sustitución del 35% o menos.
El verdadero objetivo de Fondo es el achique de la tasa de
sustitución para que en el futuro el régimen de capitalización que se pretende
imponer resulte competitivo con el régimen estatal de reparto.
Lo que se viene: más ajustes y la vuelta de las AFJP
El FMI sostiene que los sueldos en la Argentina son muy
elevados (sic). Los objetivos declarados son el ajuste de las cuentas fiscales y lograr la
“sostenibilidad” financiera del sistema de pensiones.
Para el FMI la “sostenibilidad” del régimen previsional pasa
por la baja de las prestaciones previsionales, que comprende tanto el haber
inicial como el haber de los jubilados en general.
Las medidas pasarían por aumentar los años que se toman como
base de cálculo para la determinación del haber jubilatorio. De los 10 años
actuales que se contempla se pasaría a 20 o 25 años. También planean anclar la actualización
de las prestaciones previsionales a la inflación registrada, adecuando la
fórmula de movilidad salarial, que ya logró –en gran medida- el Gobierno
nacional al aprobarse la Ley 27.260 en 2016, llamada “Reparación Histórica”.
En Chaco la medida señalada por el FMI al Gobierno nacional
se concretó anticipadamente y de hecho porque el Gobierno chaqueño redujo los
haberes jubilatorios a través de la política salarial implementada en los dos
últimos años.
A esta altura de las reformas ya ejecutadas, resulta obvio
que el Gobierno nacional conocía muy bien el impacto que provocaría la ley de
“Reparación Histórica”. No existen dudas que esto le sirve como argumento para
avanzar en una reforma regresiva (negativa) del sistema previsional. En esta
línea se inscribe el uso discrecional del Fondo de Garantía de Sustentabilidad
(FGS) para financiar gastos corrientes.
Este plan del gobierno de Macri puede determinar, en poco tiempo, la
desaparición de los fondos anticíclicos acumulados, que se calculan en algo más
de 1,7 billones de pesos, equivalentes a 45.000 millones de dólares. Si esto
ejecuta el Gobierno nacional sería como regalar la última joya de la abuela.
Por supuesto que en todo esto sobrevuela la idea de volver a
las fraudulentas Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP)
de los 90`, que por cierto funcionaron bastante mal durante 15 años en la
Argentina, y que fueron reemplazadas por un nuevo régimen de reparto
implementado por el kirchnerismo a partir del 1º de enero de 2009, aunque en
esos tiempos políticos se supone que el objetivo real fue quedarse con el Fondo
de Garantía que era de 80.000 millones de pesos, más un flujo anual de 15.000
millones de aportes que recibían las AFJP de sus afiliados en esa época.
Como una premonición elaborada para lo que se viene, el FMI
recomendó a la población de nuestro país aumentar sus ahorros para planificar
su futura jubilación. Se asegura que las prestaciones previsionales ya no serán
del mismo nivel salarial que cobraron las generaciones pasadas.
De esta forma planean crear la necesidad de habilitar
cuentas especiales de ahorro capitalizables para jubilaciones y pensiones, a
través de nuevas AFJP, es decir que
soplan vientos malos para los jubilados, bajo los objetivos y los efectos de
los grandes negocios amigos.