FUENTE:CHACODIAPORDIA.COM
Sin inversores dispuestos a prestarle a la Argentina, el
Gobierno de Cambiemos suspendió todos los proyectos. El gobierno de Mauricio
Macri pretendía financiar 40 proyectos de infraestructura por más de 21.000
millones de dólares en las áreas de energía, minería, transporte,
comunicaciones, tecnología, agua y saneamiento, vivienda, salud, justicia y
educación.
Miércoles, 19 diciembre 2018
Obra pública.
Ante el constante aumento del riesgo país, el Gobierno tuvo
que frenar todos los proyectos de infraestructura impulsados bajo el esquema de
Participación Público Privada. Tras el ajustazo acordado con el FMI, los PPP
eran la única alternativa para no frenar completamente las obras públicas.
Sin inversores dispuestos a prestarle a la Argentina, el
Gobierno suspendió todos los proyectos de infraestructura vial, energética,
educativa y ferroviaria que pretendía financiar a través del régimen de
Participación Público-Privada (PPP).
La virtual clausura del mercado voluntario de deuda que
expresa la disparada en el riesgo país obligó a abortar el promocionado
mecanismo de financiamiento para la obra pública. La infraestructura es el
rubro del gasto más castigado por el programa de austeridad que adoptaron las
autoridades para acceder al financiamiento del FMI. Los funcionarios aseguraban
hasta el mes pasado que las PPP permitirían amortiguar el efecto recesivo del
ajuste.
El asesor presidencial Gustavo Lopetegui y el titular del
Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, bajaron la persiana al anunciar que la
represa Portezuelo del Viento en Mendoza no será licitada bajo el esquema de
financiamiento aprobado a fines de 2016 sino que se realizará bajo el esquema
tradicional.
Desde el Ministerio de Hacienda aseguran que intentarán
fondear algunas de las iniciativas previstas con recursos de organismos
multilaterales. En la Casa Rosada aseguran que las iniciativas que ya fueron
licitadas seguirán adelante pero las dificultades para conseguir financiamiento
también alcanzan al primer grupo de proyectos para modernizar 2.556 kilómetros
de rutas que fueron adjudicados a comienzos del año.
Al marcar 787 puntos, el riesgo país alcanzó ayer su máximo
nivel desde que comenzó la presidencia de Mauricio Macri. La cifra representa
la sobretasa que debería pagar Argentina para financiarse en relación a un
activo “libre de riesgo” como son los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Frente al escenario de creciente vulnerabilidad financiera
que experimenta Argentina, la dificultad para impulsar obra pública a través de
los esquemas de PPP es doble: las empresas privadas tienen dificultades para
conseguir el financiamiento que les permita poner en marcha las maquinarias y
el sector público no puede colocar bonos en el mercado para cancelar los
avances de obra.
El gobierno de Mauricio Macri pretendía financiar 40
proyectos de infraestructura por más de 21.000 millones de dólares en las áreas
de energía, minería, transporte, comunicaciones, tecnología, agua y saneamiento,
vivienda, salud, justicia y educación.
“No consiguen fondos en el mercado internacional. Los
proyectos nacieron condenados a muerte. No hay solo una restricción de costos
sino que nadie le quiere prestar. El riesgo país refleja las altísimas tasas de
interés que debería pagar Argentina pero el problema es que más allá de esos
valores, hoy no existen financistas dispuestos a prestarle al gobierno. No es
la incertidumbre política de cara a las elecciones sino la creciente
vulnerabilidad por la política económica”, explicó el economista del
Observatorio de la Deuda de UMET y ex subsecretario de Financiamiento, Facundo
Bocco, al señalar sobre la recesión, las presiones cambiarias, la fuga de
capitales y el elevado nivel de endeudamiento.