Publicidad

lunes, 4 de junio de 2018

Aseguran que las tareas de Sameeep no son susficientes.

General San Martín se convirtió en una cloaca pública a cielo abierto.
Desde el Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela denunciaron que las avenidas San Martín y Brown escurren aguas servidas, lo cual genera malestar y contaminación para los vecinos. También reclaman la inacción del municipio.

Lunes, 04 de Junio de 2018.

Según informó el Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela, los vecinos de General San Martín deben continuar, una vez más, a acostumbrarse a convivir  con los olores nauseabundos que emanan de las calles.

De acuerdo al estudio realizado por la entidad, la avenida San Martín, frente al Club América, escurre abundante agua servida. La situación más grave se da en la avenida Brown, hasta la intersección con la ruta 90. A lo largo de toda la extensión de esta última arteria de intenso tránsito, inaugurada hace un par de años, se puede ver que las aguas servidas se mezclaron con los líquidos y materia cloacales, porque reventaron las bocas de tormentas.
En esta zona es donde resulta más intenso el olor a cloaca, debido a que las aguas ocupan media calzada de esta avenida, de tal modo que quienes viven, trabajan o transitan por allí, quedan expuestos no solo a los malos olores, sino a riesgos sanitarios muy concretos.
Sin embargo, el problema más grave afecta a la avenida Brown, especialmente en el tramo de los primeros 400 metros de su empalme con la ruta 90, y en las áreas cercanas de la capilla Nuestra Señora de Fátima porque son las dos zonas donde están ubicadas algunas de las bocas de tormenta que fueron construidas a un nivel superior a la calzada. 
FALTA DE ACCIÓN
«Son escasas e ineficientes las tareas de reparación y mantenimiento del antiguo sistema cloacal que efectúa Sameep, que además de ser obsoleto se suma a que algunas de las bocas de tormentas fueron mal planificadas y construidas», explicaron desde la organización.

Asimismo, señalaron que la Municipalidad de General San Martín aporta su cuota para generar un escenario urbano altamente contaminado, dado que es reducido e insuficiente el servicio de limpieza de las calles. «Sumados estos factores, hacen que cuando se secan  las aguas servidas y cloacales, los fuertes vientos levantan nubes de polvillo que expande la contaminación y afecta a los vecinos del lugar y a quienes transitan por las avenidas San Martín y Brown», manifestaron.
«Otro dato preocupante es que el reservorio funciona sin tapa y a cielo abierto, lo que aumenta el olor nauseabundo y contaminante que predomina en la zona, multiplicando los riesgos sanitarios y sociales, especialmente para los chicos y ancianos que viven o transitan por la avenida Brown», agregaron.
Testimonios de vecinos confirmaron que la contaminación urbana ha causado graves trastornos gastrointestinales y respiratorios en la población. Sostienen que médicos del hospital y centros de salud atribuyen esas patologías al agua que consumen y a la contaminación ambiental urbana. «El polvillo que se levanta es intenso y produce dolores de cabeza, náuseas y problemas respiratorios a la población, que es la cuarta ciudad más importante a nivel poblacional del Chaco, en la que sobresale la precariedad de la urbanización, de la parquización, de la iluminación de los espacios públicos y la falta de políticas públicas para generar un territorio cuidado desde el punto de vista ambiental», puntualizaron desde el centro.
Un reclamo que data desde 1993
En 2010, el vecino Fructuoso Ruíz Díaz, junto a otros, inició una acción de amparo contra Sameep, la Administración Provincial del Agua (APA) y la Municipalidad de General San Martín. Sin embargo, el reclamo data desde 1993.
Reclamaron así contra la contaminación ambiental y los daños provocados por el vertido de líquidos cloacales, ubicados en la zona sur de la localidad. Apuntaron, además, contra la falta de tratamiento de los fluidos cloacales. Sin embargo, hasta ahora no lograron que la Justicia local se expida